La compra de una vivienda en preventa puede generar dudas, ya que implica esperar más tiempo para la entrega y un proceso distinto al de la compraventa tradicional. Sin embargo, este esquema ofrece beneficios financieros y patrimoniales que lo convierten en una de las estrategias más inteligentes para quienes buscan invertir con visión de futuro y fortalecer su patrimonio.
1. Precios preferenciales y mayor plusvalía
Al adquirir una propiedad en etapa de preventa, el costo suele ser entre un 20% y 30% más bajo que el de una vivienda terminada. Cuanto más temprano se realice la compra, mayores serán los beneficios, aunque también aumente el tiempo de espera para la entrega.
Además, con el paso del tiempo y una buena ubicación, la propiedad puede alcanzar una plusvalía significativa, incrementando el valor de tu inversión hasta en un 30%.
2. Facilidad de pago y tasas congeladas
En muchos casos, los desarrolladores permiten pagar el enganche de forma diferida, lo que facilita la adquisición sin descapitalizarte.
Si optas por un crédito hipotecario en preventa, también puedes congelar la tasa de interés durante un periodo de hasta 24 meses (dependiendo del banco), asegurando que tu financiamiento se mantenga estable hasta que llegue el momento de escriturar.
3. Personalización y elección de ubicación
Comprar en preventa te da la oportunidad de personalizar tu vivienda: desde elegir acabados y colores hasta, en algunos casos, la distribución del espacio.
También puedes seleccionar la ubicación dentro del desarrollo, garantizando un lugar que se adapte a tus preferencias y estilo de vida.
✅ Invertir en preventa no solo significa comprar más barato, sino también asegurar un crecimiento patrimonial sólido y con respaldo profesional.
Claro, requiere paciencia y planeación, pero acompañado de una buena asesoría financiera, puede convertirse en una de las mejores decisiones de inversión a largo plazo.
