¿Estás por abrir tu negocio en un nuevo local o vas a rentar una propiedad para generar ingresos? Entonces necesitas un contrato de arrendamiento comercial bien estructurado. Este documento no solo formaliza el acuerdo entre arrendador y arrendatario, también protege los intereses de ambos. Aquí te explicamos los puntos clave que debes considerar antes de firmarlo.
¿Qué es un contrato de arrendamiento comercial?
Es un acuerdo legal entre el propietario del inmueble (arrendador) y quien lo alquila (arrendatario), que especifica bajo qué condiciones se utilizará el local. Este contrato puede incluir restricciones sobre el tipo de negocio, la duración del arrendamiento, el monto del pago mensual, condiciones para renovar o cancelar, y sanciones en caso de incumplimiento.
Puntos que no pueden faltar en el contrato
- Datos de ambas partes: nombres completos, identificaciones y domicilios.
- Descripción del local: ubicación, características físicas y uso de suelo autorizado.
- Duración del contrato: define si es por un año, seis meses o más.
- Monto y forma de pago: cuándo, cómo y cuánto se pagará.
- Depósito en garantía: suele pedirse el equivalente a uno o dos meses de renta.
- Giro permitido: tipo de negocio que podrá operar en el inmueble.
- Cláusulas de uso y sanciones: actividades prohibidas y consecuencias en caso de incumplimiento.
- Subarrendamiento: si se permite o no ceder el local a terceros.
- Términos para finalizar el contrato: reglas claras para cancelarlo sin conflictos.
Antes de firmar, ambas partes deben revisar y negociar los términos con cuidado. Si algo no convence, se puede reescribir. Y si eres propietario, asegúrate de que el uso de suelo sea comercial y que el inmueble esté en buen estado.
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